miércoles, 9 de junio de 2010

¿Qué hace usted cuando le pica? Rascarse es la mejor medicina para combatir el prurito

Dibujo de corte transversal de piel
Edwin Francisco Herrera Paz. Si, leyó usted bien. ¿Qué hace usted cuando le pica? Bueno, como usted es un ser humano razonable y lógico entonces me contestará: “pues me rasco”. ¿Pero qué tal si lo que le pica es la espalda? Definitivamente existe un pequeño error de diseño ingenieril en el ser humano, pues hay un zona de la espalda en la que el brazo, por más maromas y piruetas que usted haga, no le alcanza. Ese punto está ubicado entre dos posiciones: la primera con el brazo en aducción y rotación interna máxima, con flexión del antebrazo y extensión máxima de los dedos tratando de alcanzar el punto más alto de la espalda, y la segunda con el brazo en elevación anterior, leve rotación interna, máxima flexión del antebrazo y extensión máxima de los dedos tratando de alcanzar un punto bajo de la espalda.

Caricatura de oso del Libro de la SelvaSi usted no entendió la descripción anterior, no se preocupe que es terminología técnica. De cualquier forma, usted sabe intuitivamente y por experiencia que entre esas dos posiciones hay un punto al que es imposible llegar, a menos que usted sea un Houdini moderno o el Hombre Elástico de los cuatro fantásticos. Yo le llamo "Punto I" (por inalcanzable). Espero que lo tomen en cuenta los editores de la Anatomía de Grey (el texto médico, no la serie de TV).


Imagínese usted que se encuentra en un importante coctel diplomático y le comienza a picar la barriga. Disimuladamente desliza su mano entre los botones del saco y con movimientos muy lentos pero firmes, procede usted a rascarse la barriga sin que nadie se dé cuenta. Si le pica la entrepierna, disimuladamente mete su mano en el bolsillo del pantalón, y haciendo un gesto distractivo de “oigan, ¡que interesante este tema!” procede luego como se describe ut supra.

¿Y qué decir de la punta del dedo gordo? Solo flexiona el primer ortejo y en un movimiento rápido de recuperación, se rasca contra el fondo del zapato y se acabó el problema. Pero, ¿Y si lo que le pica es la zona I? Usted sentirá una pequeña incomodidad. Realizará un movimiento circular de la cabeza intentando relajarse, pero todo será inútil.

Hombre y perro rascándoseSi usted está solo, no hay mucho problema. Únicamente busca una pared, un marco de una puerta o un árbol y procede a frotarse con movimientos laterales amplios o ascendentes y descendentes (en el caso del árbol) como Balú en el “Libro de la Selva”, de Walt Disney.
Si su esposa está cerca, puede pedirle que lo rasque. –No mi amor, más a la derecha. No, no, un poco más a la izquierda. Poquito más abajo, noooo, no taaantooo. Ay, allí, así, asííí, siiiii-. Bien, esa es una de las utilidades de las esposas. Pero, ¿Y si usted está en el coctel diplomático charlando con una atractiva actriz de cine que también fue invitada? Como decía anteriormente, moverá su cuello nerviosamente. 

Después de unos segundos que parecerán eternos, mantendrá la mirada fija en su oyente y los ojos se le pondrán vidriosos. No parpadeará. Toda su conciencia estará centrada y concentrada en el punto de comezón o prurito y no le importará más lo que diga la beldad. Pedirá permiso y a paso rápido se dirigirá al baño o cuarto de estar, buscando la manera más apropiada de aliviar la terrible tortura. Una vez aliviado el espantoso suplicio regresará a la cordura y buscará la rubia despampanante con la que alegremente departía solo unos minutos atrás, pero esta se habrá ido a platicar con un interlocutor menos “picoso”.

Dedo grande que se alquilaSolo una palabra a favor de la picazón: a pesar de que prurito es una sensación incómoda vale la pena resaltar que esta, como el dolor, provoca la evitación de un estímulo nocivo y por lo tanto forma parte del arsenal de mecanismos de defensa que nos protege contra agresiones externas. Pero hay ocaciones en las que la sensación de prurito se dispara sola, sin estímulo aparente.

Después de esta pequeña discusión sobre el prurito espero haberlo convencido del defecto biomecánico del que adolecemos los seres humanos. Por eso quiero presentarle uno de los inventos más útiles del siglo 20, que continúa en vigencia en el siglo 21 y continuará en vigencia hasta que algún biólogo molecular amigo mío descubra la manera de arreglar el problema insertando un gen de dedo largo (al que no se le escape escondrijo del cuerpo) en un humano. El invento al que me refiero es nada más ni nada menos que "la manito rascadora”, un útil y versátil adminículo que compré en Colombia y le regalé a mi madre. Ella dice que es el mejor regalo que le haya hecho alguno de sus hijos y lo mantiene al lado de su cama permanentemente. Con él, puede rascar cómodamente los lugares más difíciles de la espalda con relativamente poco esfuerzo, y lo ha utilizado incluso en más de una reunión. Y por si la utilidad para rascarse no fuera suficiente, el aparato cuenta con una cuchara calzadora en el otro extremo. No me cabe duda de que el inventor, aunque no se quien es, debería encontrarse dentro de la categoría de genios inventores, como Thomas Alba Edison, Alfred Nobel o Leonardo Davinci.

Reflexione profundamente sobre este tema. Repase su vida y contéstese a usted mismo: ¿Qué hace usted cuando le pica? Saludos.
adminículo rascador
Hombre y mujer con manito rascadora




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