jueves, 21 de febrero de 2013

LA EVOLUCIÓN, LA MEJOR FORMA DE CONSTRUÍR CUALQUIER COSA

Evolucion del hombre

Por: Edwin Francisco Herrera Paz

No hay mecanismo más elegante y simple para la construcción de maquinarias complejas destinadas la realización de diversas tareas, que la evolución. La evolución se basa en la selección, ya sea natural o artificial, de aquellos elementos que resultan más útiles para la tarea en un entorno determinado.

Cualquiera podría construir, valiéndose de la evolución, un aparato que realice una labor dada si cuenta con la suficiente cantidad de tiempo para realizar múltiples (quizá miles o cientos de miles de) ensayos. Funciona más o menos así. Diseñe un aparato que realice una tarea específica. Haga ligeras variaciones en las piezas que lo forman y ejecute el trabajo con cada una de estas variaciones. Luego, escoja la variante que lo realizó mejor y elimine el resto. Aplique ligeras variaciones sobre este elemento y vuelva a probar. Repita el proceso iterativamente miles de veces. Al final obtendrá una de las configuraciones más eficientes del elemento. De hecho, existen programas de computadora que tiene la finalidad de encontrar las mejores maneras de construir aparatos de diversa índole, lo cual se consigue realizando simulaciones mediante los mecanismos de la evolución. 

alas de insectos y aves
Desde luego hay un gran número de configuraciones posibles que podrán realizar una tarea específica eficientemente, y es por ello que ligeras variaciones en la escogencia de las variantes en cada generación, aplicadas durante miles de generaciones, resultarán en diseños diferentes, pero igualmente efectivos. Pondré como ejemplo de este fenómeno, la locomoción. Las serpientes reptan, y la mayoría de las especies animales poseen miembros. Ambas son dos formas válidas y eficientes de trasladarse del punto A al punto B. Por el contrario, dos estructuras que han evolucionado separadamente pero que cumplen la misma función, pueden, mediante el mecanismo evolutivo, llegar a tener una semejanza morfológica sorprendente. A esto se le llama convergencia evolutiva, y buenos ejemplos son las alas de las aves, de los insectos y los murciélagos, o las aletas de peces y cetáceos.

La evolución actúa en todos los niveles de complejidad, y en el nivel básico, las proteínas que componen un ser vivo también evolucionan. Hoy en día se utiliza el mecanismo evolutivo en el laboratorio incluso para diseñar proteínas con funciones específicas, procedimiento que ya ha encontrado un nicho en el diseño de medicamentos.
Hombres armados y partido de futbol

Un aspecto interesante de la evolución es que se vale de lo que ya está. En cada generación, las variantes se originan a partir de estructuras ya existentes. Algunas estructuras dejan de utilizarse gradualmente y van quedando como vestigios, reliquias inservibles que alguna vez tuvieron función. Así, hay proteínas que dejan de producirse, y los genes que las codifican quedan como vestigios de un pasado que fue y no volverá, solo ocupando un espacio en el genoma. En el ser humano, se mencionan como órganos vestigiales el quinto ortejo (dedo pequeño) del pie, que alguna vez nos sirvió para equilibrarnos, y el apéndice vermiforme, que actualmente tiene como única función ayudarle al cirujano a pagar las cuotas mensuales de su casa cuando a alguien le da apendicitis; pero también se puede considerar como vestigial el comportamiento agresivo guerrerista que determinó en parte nuestra evolución hacia organismos eusociales, al obligarnos a establecer una fuerte cohesión en grupos beligerantes y competitivos de cazadores recolectores. La humanidad ya no necesita las guerras para evolucionar hacia la eusocialidad.

vaca intolerante a la lactosa
Se dice actualmente que las características biológicas de las sociedades humanas coevolucionan con las características culturales, adaptándose la una a la otra en una danza continua. A modo de ejemplo, el gen de la lactasa, enzima que digiere el azúcar de la leche, evolucionó en Occidente gracias a la introducción de la ganadería. Las variantes nuevas se difundieron debido a que sus portadores podían continuar consumiendo leche toda su vida disminuyendo las probabilidades de desnutrición, contrario a las variantes antiguas que determinaban la producción de la enzima solamente durante la niñez. Pero como las variantes antiguas han sobrevivido, todavía observamos algunas personas adultas que al tomar leche les da "corre que te alcanzo", como decía mi abuelita. El remedio es recetar lechita deslactosada, y como en la actualidad las personas sin ninguna variante genética nueva sobreviven sin problema, las variantes antiguas ya no están condenadas a desaparecer.

Indígenas
También se piensa que los aspectos culturales, como la preferencia hacia sistemas políticos, económicos y religiosos determinados, se adaptan perfectamente a la genética de una civilización milenaria específica. Los problemas surgen cuando dos civilizaciones disímiles se fusionan, originando un tsunami y produciendo ondas de inestabilidad social que perduran por muchas generaciones, hasta que poco a poco se alcanza un nuevo equilibrio. Ejemplos de esta inestabilidad los podemos ver en América Latina, cuya población resultó de una mezcla tricontinental, y también en África, con sistemas sociales milenarios a los que el colonialismo imperial les impuso los modernos sistemas políticos europeos, lo que resultó en crueles dictaduras, luchas por el poder, corrupción, atraso económico y hambruna.

símbolos religiosos
En fin, la evolución moldea los organismos y estructuras en una diversidad inimaginable, adaptándose, interactuando y cambiando siempre. A menudo me preguntan si creo en la evolución, a lo que contesto que el fundamento de este mecanismo de cambio está englobado dentro de una teoría, definida esta última como un cuerpo de conocimientos que ofrece una explicación racional de algunos fenómenos de la naturaleza. Como tal, en la evolución no creo, pero tampoco dejo de creer, simple y sencillamente porque no es una creencia. Tan absurdo es preguntar sobre la creencia en la evolución, como en la creencia en la teoría cuántica, la relatividad o el electromagnetismo, por poner algunos ejemplos. Puedo creer que mis abuelitas se fueron al cielo, o que el alma perdura después de la muerte, pero no en la evolución.

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